A este rememorar lo hemos llamado los apuntes de la consueta precisamente por ese papel que cumple dicho personaje en traer a la memoria, recordar el derrotero que debe seguirse dentro de la puesta en escena. El consueta es el apuntador, el que asiste y orienta a los actores y actrices, durante el desarrollo de la obra teatral y en este caso seremos nosotras las consuetas que, de forma narrativa, haremos diferentes apuntes desde nuestra experiencia artístico-pedagógica, diferentes anécdotas, vivencias y reflexiones, que permitirán darle vida, ubicar en contexto, entretejer la teoría y la práctica, de la puesta en escena teórica. En el contexto actual de nuestro país vemos la importancia que tiene la memoria, volver a la raíz y explorar en ella todo lo que se va tejiendo en nuestras experiencias,  el consueta es ese pequeño grillo que nos susurra al oído y nos hace  volver sobre nuestros pasos y en ese regreso recoger nuestras vivencias y las de los niños y niñas en el proceso,  estos apuntes del  consueta serán los encargados de llevar  el hilo de las narraciones y el hilo de las teorías sobre el juego dramático para realizar un tejido que las unifique, vemos en esa unión  la oportunidad para recuperar la historia y la palabra.

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Traer a la memoria nuestras experiencias nos servirá para convalidar nuestras vivencias con el teatro como método para el desarrollo emocional de los niños y las niñas y confrontarlo con las diferentes teorías pedagógicas aplicadas al teatro, además de servirnos de la construcción de dicha narrativa gracias a los apuntes de la consueta para el desarrollo de las fichas de contenido.